miércoles, 4 de enero de 2012


Salí corriendo sin que nadie persiguiese mis pasos cansados y encontré mi vida... la cual dejé olvidada en una huida de la que ya regresé.
Anduve callando todos mis errores enmendados, y los que no. Pero anduve.
Sentí el silencio de la luz que me cegó en medio del lago y no lograba comunicarme cuando menguaba. Quedaron mudas mis palabras, pero no mi voz.

Dejé de juntar palabra tras palabra en la libreta y los versos solo daban una pequeña vuelta por mi mente, pues mi corazón no era capaz de recordar las letras del abecedario y no se podía expresar.
Tiré de lo viejo, del pasado. Una mezcla de experiencias que se tornaban premonitorias.
¿O quizá ya había encontrado esa misma piedra en el camino otras veces?
Debe ser parte del aprendizaje...

A veces me creo solo en la escuela y me doctoro en algo que ningún rey sabría titular... pero sigo aplicándome para los exámenes iniciales tipo test.

Y ahora, parece que regresan las palabras del silencio. Parece que el reflejo de la luz vuelve a pronunciar su imagen en el agua, mientras chapoteo sin salpicarle al sol.
En la arena se multiplican las pisadas, porque ahora con quien voy comparte mi felicidad e impide que caiga en la tristeza que me arrojó a la desesperación tiempo atrás.

Guardé en el bolsillo la inocencia, la ignorancia, el bostezo, la arrogancia, el capricho del porvenir... y el bolsillo se agujereó. Lo perdí todo. Hasta la piedra que rebotó en el cristal que no llegó a romper.
Di media vuelta. Salí corriendo sin que nadie persiguiese mis pasos cansados 
y me encontré.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Sigue corriendo siempre sin huir, hasta que solo se vea tu halo de Luz en el horizonte. Sigue como eres, humilde y soñador, tejedor de sueños, poeta, artista, hombre de la cabeza a los pies, humano que yerra y enmenda desde el alma, ángel que perdona antes de saber que erré...
Las palabras nacen de tus manos, con tu voz cobran sentido, suavemente, acariciando solamente el sol con tu chapoteo de latidos.
Quién te acompaña es quién debía acompañarte, estaba ahí desde el principio, con otras formas, esperando que tu bolsillo se agujereara para llenar ese espacio con su sonrisa, llenando tu espacio y tu el suyo convirtiéndose en uno sin dejar de ser dos.
Eres docto en cariño, eres maestro de corazones llenos de sueños, eres amigo, eres grande sin dejar que los pies se eleven más allá de donde tú quieras llevarlos.
Te quiero hermano, te sigo, me encontraré contigo pronto, sin duda, allí donde Inti bajó para romper la roca del puma y liberar a su hijo...Os quiero

Palabra tras palabra para decirte con las mejores palabras, que mis palabras son sinceras. Porque en mi idioma, cada palabra tiene significado y tú... tú significas muchas palabras.