La vida me ha puesto una corona de laurel victoriosa,
una convicción misteriosa, una flor de papel.
Un andén a cada paso, una mujer que desde el día en que la vi... camina a mi lado.
Y yo al suyo.
Desde el día en que la vi.
En qué momento paramos de contar,
el calendario se debió volver loco.
No es posible que solo sean ciento veinte días
cuando al despertar he estado a tu lado.
Una mujer, que desde el día en que la vi, me amó.
Al final será verdad que el tiempo es una ilusión.
Que nuestra historia fue escrita con los mismos pasos.
Cada uno en su dimensión los dio hasta que nos cruzamos.
Y ahora solo sé desde el día en que te vi...
Que solo creo en ti.
